Hemos tratado de que esta página sirva como una guía ocasional - y que sea tanto educativa como entretenida- para aprender sobre los diversos tipos de perlas que se pueden encontrar en el Mercado nacional e Internacional.
Aclarando, de antemano, que esta información ha sido condensada de varias fuentes (que podrían abarcar decenas de libros y cientos de revistas), pero aún así esperamos que le sea de utilidad.
Perlas Naturales:
Las perlas naturales son una rareza en la actualidad. En épocas pasadas, se pescaban miles de ostras perleras tan sólo para poder encontrar una perla natural de buena calidad. En el Golfo de California, se dice que la incidencia natural de perlas en un placer (sitio donde abundaban tanto ostras como perlas) era de un 5 al 12%. Sin embargo, había que considerar que de ese porcentaje tan sólo un 30% de las perlas sería de buena calidad. Así que de unas 12 perlas posibles, tan sólo 3.6 llegarían a poseer un buen valor comercial. Las perlas de baja calidad se utilizaban dentro de la medicina tradicional asiática o para su bordado en trajes y vestidos.
Esta pesca irracional y desenfrenada se llevó a cabo en todos los mares del mundo de reconocida calidad perlífera (Golfo Pérsico, Golfo de California, los atolones de Tuamotú, Shark Bay en Australia, el Golfo de Manaar en la India, etc.) y tuvo un efecto nocivo en la viabilidad de las poblaciones naturales de ostras perleras en todo el planeta, muchas de ellas llegando a ser aniquiladas en su totalidad. La contaminación de los mares ha sido otro factor importante. Hoy en día, podemos citar una nueva amenaza: el cambio climático mundial.
Las perlas naturales se forman cuando la ostra forma una estructura conocida como el "saco perlero". Este saco se forma como resultado a un estímulo externo (un parásito, un gusano ú algún otro tipo de irritante) sobre un órgano típico de los moluscos y que se conoce como el "manto" (encargado de producir la concha y el nácar).
El manto de la ostra cubre o "engloba" al cuerpo extraño, formando así el saco perlero, e inmediatamente comienza la deposición de microscópicas capas de nácar, protegiéndose de la agresión. Luego de algunos años (4 o más) se puede obtener una perla natural de buen tamaño (4-8 mm). Por su rareza, una perla natural usualmente alcanza un valor 10 veces superior al de una perla de cultivo de características similares.
Perlas de Cultivo
Las perlas cultivadas se forman gracias al esfuerzo combinado del Hombre y del Molusco. A diferencia de las perlas naturales, las perlas de cultivo poseen un "centro" hecho de concha de nácar. Una perla natural usualmente posee un diminuto centro de materia orgánica (los restos del gusano o parásito).
En la mayoría de los casos las ostras son cultivadas desde pequeñas (como se hace en México) o son obtenidas del medio natural (como en Australia), pero en ambos casos existe la necesidad de inducir artificialmente a que la ostra produzca una perla, aprovechándose de la habilidad natural del molusco para formar perlas.
El procedimiento involucra una operación conocida como implante o injerto, cuya base científica fue descubierta -a fines del siglo XIX- por el biólogo australiano William Saville Kent, y fueron sus descubrimientos los que utilizaron los japoneses para llevarlos a la práctica de manera comercial.
Las primeras perlas de cultivo fueron producidas en China en el siglo X d.C. Estas "perlas" consistían de pequeñas imágenes del Buda, cubiertas con el nácar de mejillones perlíferos de los ríos de China. Sin embargo, estas eran tan sólo un tipo de "perla ampolla" o media perla.
Harían falta varios siglos para que se diera el paso definitivo para la formación de la verdadera perla de cultivo...